Con mis manitas

LA REGADERA DE MI TÍA

¿Quién no tiene en su casa algún objeto familiar, lleno de recuerdos y melancolía? De esos que no tienen valor económico y si sentimental. Yo tengo la regadera de mi tía.

Mi morena la regadera de mi tía filtro oscuro

Les llamo mis pequeños tesoritos. Para mi tienen mucho valor, me trasportan a otra época y cuando los veo o entro en contacto con ellos me hacen muy feliz. Siempre he sido un poco abuela 😄 enamorada de los objetos antiguos, diferentes y con un encanto especial. Tengo la suerte de tener algunos muy especiales, como el que os quiero enseñar en esta ocasión.

Una regadera de zinc que perteneció a mi tía. Ella estaba contentísima con su regadera. La usaba prácticamente a diario en su encantador patio cordobés. Mi tía que era muy coqueta, hasta para esto, encargó a un conocido esta regadera, para que se la hicieran tal y como ella quería. 

Son esas piezas únicas, artesanales. Ella la cuidaba como oro en paño. Me acuerdo de pequeña, si la cogía, en seguida se oía su voz diciendo: “niña ten cuidado con ella no se vaya a estropear”. Mi tía estaba tan feliz con su regadera y ahora que ella no esta, para mi se ha convertido en algo más que un recuerdo.

A pesar de que se encontraba en muy buen estado, yo quise darle mi toque. Embellecerla aún más. Por eso la pinté y la decoré con la técnica decoupage de servilletas. La idea la tuve clara: el resultado debería tener aspecto provenzal, romántico y algo envejecido a la par.

Lo más complicado fue encontrar la servilleta con el dibujo, que encajara con la decoración que buscaba. En mi tienda habitual donde compro las cositas para mis manualidades encontré esa preciosidad. Nada más verla me enamoró. La belleza de un pavo real, junto a unas lilas, la libertad de las mariposas y por últimos esos detalles orientales. ¡Casi parecía un cuadro!

Lo demás fue sencillo:
  • Limpié bien la regadera con un paño húmedo.
  • Pinté toda la regadera con un color marrón óxido, que sería el color que se vería después. 
  • A continuación, frote con una vela por las partes que luego pretendía lijar y dar ese aspecto envejecido.
  • Encima pinté con la pintura color vainilla suave, la pintura que había elegido como definitiva.
  • Una vez seca, con una lija fina, fui lijando donde anteriormente había aplicado la vela. Así le doy ese toque antiguo. Ya iba teniendo un aspecto bonito.
  • Siguiente paso el decoupage. Corté el dibujo de la servilleta como más me gustaba y con un producto llamado transfer lo pegué a la regadera.
  • Usé algunos trocitos más de la servilleta y los puse por distintos sitios en la regadera.
  • Encima apliqué un barniz sellador de látex, incoloro. Me gusta mucho este sellador, da un acabado muy bonito.
  • A todo el borde superior e inferior y al asa, le apliqué una pátina dorada porque me pareció que resaltaría más. 
  • Por último, con betún de Judea rebajado con agua y una gasa fui dando toquecitos por diferentes partes de la regadera. Me encanta el toque que deja el betún de Judea.

Y así quedó de bonita mi regadera. A mi me enamora, es una pieza única. Cuando la veo me cuenta su historia y lo más importante me conecta con alguien muy querido para mi. ❤️

-Que la Luna os sonría-