INDIOS Y VAQUEROS DE SINSINATI
Un día en el coche de vuelta de dejar a alguno de mis hijos en su correspondiente extraescolar, escuché en la radio el título de una canción “Indios y Vaqueros”. Fue oír esas palabras y mis antenas ya se activaron, a continuación, al oír el nombre del grupo “Sinsinati” me despertó más curiosidad.
Un nuevo grupo desconocido para mi hasta ese momento, que me cautivó. Un grupo que surgió por casualidad y como las casualidades no existen no hay que perderles la pista. 🤩
La canción me gustó mucho, pegadiza, alegre y muy bonita. Lo que hizo el “clic” en mí (este clic yo lo defino cuando algo me eriza la piel y me produce un nudo en la garganta) fue su letra.
Primero me hizo gracia la frase: “juguemos como niños a indios y vaqueros” y mi mente comenzó a viajar por mis recuerdos.
Viajó a aquella infancia casi olvidada, donde jugaba a indios y vaqueros y lo que más me gustaba del mundo era ser indio. Recordé el Fort Comanche que tenían mis hermanos (ni siquiera sé si se llamaba así, fue mi madre quien lo bautizó de esa manera, quizás por la película llamada así o quizás por su gracia cordobesa y esa manera tan suya de renombrar las cosas). El caso, es que me encantaba jugar con él. Creer que era la india más valiente y aventurera de la tribu, que, gracias a su destreza y habilidad, rescataba al resto de su tribu de la prisión federal, donde se encontraban atrapados, de manera injusta por supuesto.
¡Ay yo y las injusticias! Siempre sentí debilidad y una atracción muy fuerte hacia los indios.
Mi padre era y es un “followers” del western o comúnmente películas del oeste, típicas de su generación. Por lo que John Wayne, Gary Cooper, Kirk Douglas, Gregory Peck o Robert Mitchum, entre otros muchos, eran casi de la familia. Me caían bien, a pesar de esa expresión de dureza y actitud tan varonil. ¡Es que guapos eran un rato!
Aun así, nada comparable con los indios. Ellos si me hacía vibrar: sus flecos y plumas, los lunares de sus caballos, esas interminables trenzas y la forma que tenían sus casas. Eran sin duda un mundo tan diferente y apasionante donde mi imaginación podía vivir libremente y mi espíritu se sentía en plena libertad.
Mi inocencia no entendía por qué, si en las pelis representaban a los indios como “los malos” yo los veía como los débiles, indefensos que solo luchaban por su libertad y sobre todo para que les dejaran vivir en paz y tranquilos.
Gracias Álvaro de Luna por este maravilloso viaje al pasado, a esa etapa tan bonita como es la niñez. Porque como dice vuestra letra:
Juguemos como niños a indios y vaqueros. Toquémonos el alma con la punta de los dedos.
¿Y vosotros sois de indios o de vaqueros?
-Que la Luna os sonría-
Compartir
- Haz clic para compartir en Twitter (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en Facebook (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en Pinterest (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en LinkedIn (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en WhatsApp (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para imprimir (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para enviar un enlace por correo electrónico a un amigo (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en Instagram (Se abre en una ventana nueva)
SENTIR "EL SUR" MI SUR
DEL GARBO AL HOLLYWOOD DORADO
También te puede interesar

HE VUELTO
28/07/2021
LO QUE LAS HOJAS CUENTAN
08/11/2020