Relatos y algunas historias

DETRÁS DE UN BOLÍGRAFO DESGASTADO

El clic del botón de aquel bolígrafo desgastado, el cuál todavía mostraba vestigios del que seguro fue un alocado viaje a Londres a finales de los 80, me despertaba cada mañana de mi país de las maravillas.

Aquellos dientes prominentes detrás de una amplia sonrisa y el dulce gesto de unos grandes ojos hablaban por si solos. Acompañando el escenario la sombra electrizante de unos rizos por cabello. Y como obra maestra una tierna y grave voz recitando a Gloria Fuertes. Su aliada Rosalía de Castro y por perfume el olor de un libro sin estrenar.

Entre metáforas, sinónimos y antónimos tejía su discurso literario. Había que ser muy hábil para no caer en su gramática seductora. No necesitaba más que un sencillo morfema para expresar una desbordante personalidad. Contaba con el don de avivar corazones hacia la narrativa y esparcir sus semillas en nuestro interior. Como las flores de mayo afloraste algo vivo dentro de mí y a modo de rima asonante, me quedo grabado cada acto de un mundo esplendoroso llamado literatura. 

Hoy, 30 años después, tiembla mi pluma al hablar de ti, igual que el primer día que me hiciste recitar en voz alta, tembló mi voz. Tu paciencia combatió mis nervios traicioneros y con tu varita de hada madrina lanzaste una sustancia, llamada poesía, de la que sigo siendo adicta.

Enseñando aprendiste que hay personas que dejan huella, para que otros sigan su estela, ¡paradojas de la vida! Te imagino como pez en el agua, es mi alegoría donde te veo recitando y en coloquio con Gloria, Rosalía, Machado y Lorca entre otros. Desde mi “Hoyo profundo al pie de un olivo” te seguiré recordando con mucho cariño Marisa.

Detrás de un bolígrafo desgastado

Mi morena Detrás de un bolígrafo desgastado
Un hoy profundo al pie de un olivo de Mª Carmen de la Bandera

-Que la Luna os sonría-

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